Es el eco,querida.

Virginia Woolf y Angelica Garnett ,1932

Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana
Y en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
Por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
Y la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal que en la niñez, mariposas zumban
La calma, que no oye mi palabra, retumba
Entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
Y se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto siquiera…
La soledad en sus redes me hizo prisionera
El gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
Y en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
Anna Ajmátova

«>
«And it stonned me» – Van Morrison (Moondance, 1970)

Recapitulemos (entre estanterías).

EMPIEZA VOLVIENDO…


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.

Camaleónica. No siempre.

«Some like it hot (Con faldas y a lo loco)», Tony Curtis y Jack Lemmon – Billy Wilder, 1959

Act 2 Scene 3
Open contryside near Gloucester’s castle.

Enter EDGAR

EDGAR:
I heard myself proclaimed,
And by the happy hollow of a tree
Escaped the hunt. No port is free, no place
That guard and most unusual vigilance
Does not attend my taking. Whiles I may ‘scape
I will preserve myself, and am bethought
To take the basest and most poorest shape
That ever penury in contempt of man
Brought near to beast. My face I’ll grime with filt
Blanket my loins, elf all my hairs in knots,
And with presented nakedness outface
The winds and persecutions of the sky.
The country gives me proof and precedent
Of Bedlam beggars, who with roaring voices
Strike in their numbed and mortifièd arms,
Pins, wooden pricks, nails, sprigs of rosemary;
And with this horrible object, from low farms,
Poor pelting villages, sheep-cotes, and mills,
Sometimes with lunatic bans, sometime with prayers,
Enforce their charity. «Poor Turlygod! Poor Tom!»
That’s something yet: Edgar I nothing am.
«King Lear» – William Shakespeare, 1603-1606

«>

«The dark side of the moon» – Pink Floyd (The dark side of the moon, 1973)

Lo que vas a aprender no son palabras.

«Sin título» – Francesca Woodman ,Providence, Rhode Island, 1976

«>
«Variaciones Goldberg» – Johann Sebastian Bach (Glenn Gould,1981)

«Lo vivido, lo hecho»
 Ni toda la humildad, precisamente.
¿Ves el desconcierto del mundo? ¿Puedes
realmente verlo, no por ti, no por nadie, cómo
se acuerda de cualquier imagen
sea o no sea imprevista? Se apodera de lo
que te ha hecho estar aquí.
Huella de la canción, memoria cierta,
voz. Y luego hay que servir.
Mira una sola cosa: ha empezado a llover,
hay pájaros que van, lo que vas a aprender
no son palabras.
«Lo vivido, lo hecho» – Antonio Méndez Rubio (Razón de más,2006)

La ironía servirá.

«Romance»[adaptación del poema de Bela Ajmadúlina] (Ironía del destino,1975)

Por mi calle, un año tras otro,
resuenan estos pasos, los amigos se marchan.
La marcha despaciosa de mis amigos
es la voluntad de la tiniebla en las ventanas

O soledad, qué cruel es tu carácter!
Brillando con un compás metálico
Con qué frialdad me cierras el círculo,
sin atender a mis plegarias inútiles.

Déjame ponerme de puntillas en tu bosque,
al final de aquel gesto retardado,
hallar el follaje y acercarlo a mi rostro
y encontrar la orfandad, como una bendición.

Regálame el silencio de tus bibliotecas,
los solemnes acordes de tus conciertos.
Y sabia, me olvidaré de aquellos
que murieron y de los que siguen vivos.

Y alcanzaré la sabiduría y la tristeza,
los objetos me regalarán su sentido clandestino.
La naturaleza, en mis hombros descansará
y me anunciará sus secretos infantiles.

Y entonces, de las lágrimas, de la oscuridad,
del pobre desconsuelo de lo vivido,
las bellas siluetas de mis amigos
surgirán, y se diluirán de nuevo.

По улице моей который год
звучат шаги – мои друзья уходят.
Друзей моих медлительный уход
той темноте за окнами угоден.

О одиночество, как твой характер крут!
Посверкивая циркулем железным,
как холодно ты замыкаешь круг,
не внемля увереньям бесполезным.

Дай стать на цыпочки в твоем лесу,
на том конце замедленного жеста
найти листву, и поднести к лицу,
и ощутить сиротство, как блаженство.

Даруй мне тишь твоих библиотек,
твоих концертов строгие мотивы,
и – мудрая – я позабуду тех,
кто умерли или доселе живы.

И я познаю мудрость и печаль,
свой тайный смысл доверят мне предметы.
Природа, прислонясь к моим плечам,
объявит свои детские секреты.

И вот тогда – из слез, из темноты,
из бедного невежества былого
друзей моих прекрасные черты
появятся и растворятся снова.

Bela Ajmadúlina (Белла Ахмадулина), 1959 Traducción Anastasia K.

Todos tenemos algo debajo de la mesilla de noche.

Wislawa Szymborska

Sobre la poesía no ha dicho nada casi ningún poeta;pero, en cambio, hay bastante papel emborronado por muchos que no lo son.El que la siente se apodera de una idea, la envuelve en una forma, la arroja en el estudio del saber, y pasa. Los críticos se lanzan entonces sobre esa forma, la examinan, la disecan y creen haberla entendido cuando han hecho su análisis. La disección podrá revelar el mecanismo del cuerpo humano; pero los fenómenos del alma, el secreto de la vida, ¿cómo se estudian en un cadáver? No obstante, sobre la poesía se han dado reglas, se han atestado infinidad de volúmenes, se enseña en las universidades, se discute en los círculos literarios y se explica en los ateneos. No te extrañes. Un sabio alemán ha tenido la humorada de reducir a notas y encerrar en las cinco líneas de una pauta el misterioso lenguaje de los ruiseñores. Yo, si he de decir la verdad, todavía ignoro qué es lo que voy a hacer; así es que no puedo anunciártelo anticipadamente.

Sólo te diré, para tranquilizarte, que no te inundaré en ese diluvio de términos que pudiéramos llamar facultativos, ni te citaré autores que no conozco, ni sentencias en idiomas que ninguno de los dos entendemos.Antes de ahora te lo he dicho.Yo nada sé, nada he estudiado; he leído un poco, he sentido bastante y he pensado mucho, aunque no acertaré a decir si bien o mal. Como sólo de lo que he sentido y he pensado he de hablarte, te bastará sentir y pensar para comprenderme.
Herejías históricas, filosóficas y literarias, presiento que voy a decirte muchas. No importa. Yo no pretendo enseñar a nadie, ni erigirme en autoridad, ni hacer que mi libro se me declare de texto.

Quiero hablarte un poco de literatura, siquiera no sea más que por satisfacer un capricho tuyo, quiero decirte lo que sé de una manera intuitiva, comunicarte mi opinión y tener al menos el gusto de saber que, si nos equivocamos, nos equivocamos los dos; lo cual, dicho sea de paso, para nosotros equivale a acertar.
(…)
Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar como un tesoro la memoria viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son los poetas. Es más: creo que únicamente por esto lo son. Efectivamente, es más grande, es más hermoso,
figurarse el genio ebrio de sensaciones y de inspiración, trazando a grandes rasgos, temblorosa la mano con la ira, llenos aún los ojos de lágrimas o profundamente conmovidos por la piedad esas tiradas de poesía que más tarde son la admiración del mundo; pero, ¿qué quieres?, no siempre la verdad es lo más sublime.
(…)
Un escritor francés ha dicho, juzgando a un músico ya célebre, el autor de Tannhauser: Es un hombre de talento, que hace todo lo posible por disimularlo,
pero que a veces no lo puede conseguir y, a su pesar, lo demuestra.

«Cartas literarias a una mujer» – Gustavo Adolfo Bécquer (1860-1861)

«>

«Sittin’ on the dock of the bay» – Otis Redding( The dock of the bay,1967)

Como al principio: un punto de partida.

“Texas, 1965” – Lee Friedlander

*Gracias a Adriana. A su generosidad y espontaneidad les debo el título de este poema.
*A todos/as los poetas del taller. Gracias a todos/as los/as : A., B., C., E., G., I., J., M., S..

Nota la acera en su cuello.
Hay algo que le falta a la noche
mientras rueda cuesta abajo.
El abandono queda
en el tercer piso,
al final de esta manzana podrida.

 No sabe por qué hoy
el portazo suena definitivo.
Por qué hoy,
si lleva años llorando
en las mismas escaleras,
las que acaban en otra sala
sin esquinas.

La madrugada ya ha firmado
su pacto con los perros invisibles.
Está sola,
y la noche son dos pupilas rojas
alejándose a toda velocidad.
«Nombre propio» – Anastasia K.

«>
«Somewhere only we know» – Keane (Hopes and Fears,2004)

I walked across an empty land.I knew the pathway like the back of my hand.I felt the earth beneath my feet,sat by the river and it made me complete.Oh simple thing where have you gone,I’m getting old and I need something to rely on.So tell me when you’re gonna let me in,I’m getting tired and I need somewhere to begin.
I came across a fallen tree,I felt the branches of it looking at me.Is this the place we used to love?Is this the place that I’ve been dreaming of?And if you have a minute why don’t we go,talk about it somewhere only we know?This could be the end of everything so why don’t we go somewhere only we know?

A lo mejor mañana.

Anastasia Romanov

Lluvia sin árboles… Húmedo heno…
Apertura del gas… Nube frita en la sartén de la luna…
Parpadeo… Guiño… Desparición de las formas…
Casi tropieza con la carretilla de tierra del cementerio…

«¿Me quiere usted?» -Sí.
«¿Me ama?» -No.

Versión de Clara Janés


«Cita» – Vladimir Holan

Tocan pasillos.

«Champagne and Bananas» – Yale Joel, 1951

«>
«Four white stallions» – Counting Crows (Hard Candy,2002)

Tarde como siempre
Ahora resulta que era
cierto. Que el bolero
de marras decía
la verdad. Ahora que tienes
más de treinta, te das perfecta
cuenta del asunto.
Que veinte no son nada.
Una mirada apenas a la vida,
para ver de qué va.
Karmelo C. Iribarren

Sandía para el insomnio.

«La Reine des Fritures» –  Stephan Vanfleteren,1990 

¿Por dónde empezar?, se repetía Joséphine observando la intensidad de la luz de este mes de enero descender suavemente hasta la cocina, alumbrar con un pálido resplandor el borde de la pila y morir en el desagüe. ¿Existe un libro que ofrezca recetas para escribr? Medio kilo de amor, trescientos gramos de aventuras, seiscientos gramos de referencias históricas, un kilo de sudor…déjese concer a fuego lento, en horno caliente, saltear, remover para que no se pegue, evítense los grumos, déjese reposar, tres meses, seis meses, un año. Stendhal, por lo que se dice, escribió La cartuja de Parma en tres semanas, Simeon finiquitaba sus novelas en diez días. ¿Pero cuánto tiempo antes habían pasado engendrádolas y nutriéndolas al levantarse, al ponserse los pantalones, bebiendo un café, recogiendo el correo, mirando la luz de la mañana posarse sobre la mesa del desayuno, contando las motas de polvo en un rayo de sol? Dejar el tiempo en infusión. Encontrar su propio modo de empleo. Beber café como Balzac. Escribir de pie como Hemingway. Aislada como Colette cuando Willy la encerraba. Investigar como Zola. Tomar opio, tintorro, hachís. Chillar como Flaubert. Correr, divagar, dormir. O no dormir, como Proust. ¿Y yo? El hule de la mesa de la cocina, el cara a cara con la pila, la tetera, el tictac del reloj, las migas del desayuno y las letras a pagar. Léautaud decía «escribid como si escribieseis una carta, no releáis, no me gusta la gran literatura, sólo me gusta la conversación escrita». ¿A quién podría enviarle una carta? No tengo amante que me espere en el parque. Ya no tengo marido. Mi mejor amiga vive en el mismo descansillo.
«Les yeux jaunes des crocodiles (Los ojos amarillos de los cocodrilos) – Katherine Pancol, 2006