Coincidencias, y no.

«Tal como éramos (Barbara Streisand y Robert Redford)» – Sydney Pollack, 1973

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso:

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso:

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño:

creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.
Félix Lope de Vega
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«Moon River» – Audrey Hepburn

De noche y de puntillas.

» Le Manege de Monsieur Barre» – Robert Doisneau 1955

Están cogidos de la mano,
en silencio,
bajo los soportales.

El niño mira su columpio,
muy triste,
bajo la lluvia,
y no lo entiende.

El padre mira al niño:
es la vida, hijo
-quisiera poder decirle-,
y no ha hecho más que empezar.

«Tormenta de verano» – Karmelo C. Iribarren (La ciudad,2008)

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«Toes» – Norah Jones (Feels like home, 2004)

Lo odioso de las definiciones.

como el sentimiento es lo primero
quien presta atención
a la sintaxis de las cosas
nunca te besará completamente;
ser un completo estúpido
mientras la Primavera está en el mundo
mi sangre consciente,
y los besos son un destino mejor
que la sabiduría
señora lo juro por todas las flores. No llores
-el mejor gesto de mi cerebro es menos que
el aleteo de tus párpados que dice
que estamos hechos el uno para el otro: así pues
ríe, recostándote en mis brazos
porque la vida no es un párrafo
Y creo que la muerte no es un paréntesis
«Cuatro» – e.e. Cummings

Cae

Whose woods these are I think I know.
His house is in the village, though;
He will not see me stopping here
To watch his woods fill up whith snow.

My little horse must think it queer
To stop without a farmhouse near
Between the woods and frozen lake
The darkest evening of the year.

He gives his harness bells a shake
To ask if there is some mistake.
The only other sound’s the sweep
Of easy wind and downy flake.

The woods are lovely, dark, and deep,
But I have promises to keep,
And miles to go before I sleep,
And miles to go before I sleep.
«Stopping by Woods on a Snowy Evening» – Robert Frost

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«Nuvole bianche» – Ludovico Einaudi (Una mattina, 2004)

Noveno escalón.

«Cityscapes (New York)» – Marc Yankus

El viento viene de polos opuestos
y viaja despacio.

Ella se vuelve hacia el aire profundo.
Él camina por las nubes.

Ella se alista,
se sacude el cabello,

se arregla los ojos,
sonríe.

El sol calienta sus dientes,
la punta de su lengua los humedece.

Él se sacude el polvo de su traje
y se endereza la corbata.

Él fuma.
Pronto se conocerán.

El viento los acerca cada vez más.
Ellos se saludan.

Más cerca, cada vez más cerca.
Se abrazan.

Ella tiende una cama.
Él se quita los pantalones.

Se casan
y tienen un hijo.

El viento se los lleva
en direcciones distintas.

El viento es fuerte, piensa él
y se endereza la corbata.

Me gusta este viento, dice ella
y se pone el vestido.

El viento se abre en un soplido.
El viento es todo para ellos.
«El matrimonio» – Mark Strand

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«Needle in the Hay» – Elliot Smith (Elliot Smith, 1995)

Seguro que a veces sueñas.

II

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
«El herido» – Miguel Hernández (El hombre acecha,1938-39)

Miguel Hernández y su mujer, Josefina Manresa

«Corría sin parar y no podía abrir ninguna de las puertas mientras él le apuntaba con su arma, su rostro lleno de sangre decía palabras sin sentido, y a diferencia de lo que se podría pensar, no estaba nerviosa, sabía que ese momento iba a llegar; le miró a los ojos mientras él avanzaba lentamente; tiró su arma al suelo y cogió la mano de Alba acercándola hacia su frente e introduciéndola en un agujero de bala sangrante, después la oscuridad.
Sudando despertó alterada; no era la primera vez que tenía esa clase de sueños, hacía años cuando comenzó con su odisea personal, las noches las pasaba en vela intentando calmar su conciencia con las frases que había escuchado sobre aquellos a los que la gente llamaba héroes. Habían pasado dos años de aquello y cada día que pasaba era motivo de alegría porque el final estaba más cerca.»
«Libertaria» – Raquel Antón Ruiz (Dissonàncies,2010)

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«Para la libertad» – Joan Manual Serrat (Miguel Hernández, 1972)

No me acuerdo de toda la arena que me falta.

Ana Pais

Tú lo dijiste: pasará el tiempo.
Mas no ha sido cierto el olvido.
El que mira romper las olas sobre
el espigón no sabe, cuál de ellas
más alta llegará. En el recuerdo
quedan rostros; los nombres no perduran,
los borra el tiempo. Leo la carta.
Veo tu mano cuando la escribías,
los ojos seguidores de las letras.
Y tú estás conmigo nuevamente.
Es el tiempo que pasa; lo dijiste.
«Tú lo dijiste: el tiempo» –  Alfonso López Gradolí ( La señalada tierra,2004)

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«She smiled sweetly» – The Rolling Stones (Between the Buttons, 1967)

Tan tarde que es pronto.

Herman Leonard y Ella Fitzgerald,New York, 1949.


Unas miradas
que se encuentran
en un café desierto,

un lunar
en tu cuello
que es capaz
de volverme loco,

y 20 segundos

para encender un pitillo
dar un trago al vino blanco
y ver cómo llega un tipo
que te besa
con la mitad de ganas
que lo hubiera hecho yo.
«20 segundos» –  Pablo Casares (Notas a pie de la vida,2007)

Es el eco,querida.

Virginia Woolf y Angelica Garnett ,1932

Cuando la luna es de melón una tajada en la ventana
Y en redor es la calina cerrada la puerta y la casa encantada
Por las azules ramas de glicinas y en la fuente de arcilla hay agua fría
Y la nieve del paño y arde una bujía de cera
Tal que en la niñez, mariposas zumban
La calma, que no oye mi palabra, retumba
Entonces de lo negro de rincones rembrandtianos algo se ovilla de pronto
Y se esconde allí a mano, pero no me estremezco, ni me asusto siquiera…
La soledad en sus redes me hizo prisionera
El gato negro el alma me mira, como ojos centenarios
Y en el espejo mi doble es tal vez mi contrario.
Voy a dormir dulcemente, buenas noches, noche.
Anna Ajmátova

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«And it stonned me» – Van Morrison (Moondance, 1970)

Recapitulemos (entre estanterías).

EMPIEZA VOLVIENDO…


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.