Viernes.

Vuelves, día de siempre,
rompiendo el aire justamente donde
el aire había crecido como muros.

Pero nos iluminas brutalmente
y en la sencilla náusea de tu claridad
sabemos cuándo se nos caerán los ojos,
el corazón, la piel de los recuerdos.

Claro, mientras tanto
hay oraciones, hay pétalos, hay ríos,
hay la ternura como un viento húmedo.
Sólo mientras tanto.

«Sólo mientras tanto» – Mario Benedetti (Sólo mientras tanto 1948-1950)

Que no conduzca al error.

«Muchacha en la ventana» – Salvador Dalí, 1925

Me hago el honor de resignarme

sólo esta noche
como descanso
mañana temprano abriré los ojos
seré otra vez valiente y ordinario
rebelde con las manos en los bolsillos
eterno con la muerte en el ojal
sólo esta noche en que no hay luna
creerme que voy
creerme que vengo
creer que mi corazón ya no podrá jamás
aumentar de tamaño y de nostalgias
sólo esta noche
por favor
por piedad
sentirme vencido
humilde
devastado
hecho y deshecho con desechos de Dios
puesto a soñar sin vistobueno
dado a mentir sin esperanza
pero sabiendo que se trata
sólo de esta noche estéril y única
mañana a las siete abriré los ojos
y otra vez pondré el hombro sin quejarme
y escucharé el estruendo universal
sin que me engañen ruidos secundarios.
«Cinco veces triste (5.Ruidos secundarios)» – Mario Benedetti.

El día repetido.

No siempre conviene quitarnos la máscara aunque el carnaval haya terminado. No por lo que puedan ver los demás, sino por lo que podamos ver nosotros sin la máscara tapándonos parte del escenario.


Goldie Hawn,(«Rowana & Martin’ Laugh – in»),1960


«Los formales y el frío»

Quién iba a prever que el amor, ese informal
se dedicara a ellos tan formales
mientras almorzaban por primera vez,
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes.
Su sonrisa, la de ella,
era como un augurio o una fábula.
Su mirada, la de él, tomaba nota
de cómo eran sus ojos, los de ella,
pero sus palabras, las de él,
no se enteraban de esa dulce encuesta.
Como siempre o como casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal,
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias,
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos,
fue preciso meterse en un boliche
y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia.
Extra seca y sin hielo por favor.
Cuando llegaron a su casa, la de ella,
ya el frío estaba en sus labios, los de él,
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos.
Una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio.
Como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre.
Él probó: sólo faltaba que me quede a dormir
y ella probó: porqué no te quedás
y él: no me lo digas dos veces
y ella: bueno porqué no te quedás.
De manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies fríos, los de ella.
Después ella besó sus labios, los de él,
que a esa altura ya no estaban tan fríos
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.

«Los formales y el frío» – Mario Benedetti ( Poemas de otros, 1973-1974)

«Wish you were here» – Pink Floyd ( Wish you were here, 1975)