Bipolaridad y (en) sueños.

Leonard Cohen

«Mientras me visto, en la televisión aparece el programa de Patty Winters. Hoy los invitados son mujeres con múltiples personalidades. Una mujer mayor muy gorda e indescriptible aparece en la pantalla y se oye la voz de Patty que le pregunta:
-Bueno, ¿se trata de esquizofrenia, o de qué? Explíquenoslo.
-No,no. Los que tienen personalidades múltiples no son esquizofrénicos -dice la mujer, negando con la cabeza-. No somos peligrosos.
-Bien -empieza Patty, manteniéndose de pie entre el público, con el micrófono en la mano-. ¿Quién era usted el mes pasado?
-El mes pasado parecía que por lo general era Polly -dice la mujer.
Corte al público, la cara preocupada de una ama de casa; antes de que se vea el monitor, nuevo corte a la mujer múltiple personalidad.
-Bien -continúa Patty-, ¿y ahora quién es?
-Bueno… -La mujer empieza cansinamente, como si estuviera aburrida de que le hagan esa pregunta, como si ya la hubiera contestado una y otra vez y siguieran sin creerla-. Bueno, este mes soy… Lambchop. Casi siempre…Lambchop.
Una larga pausa. La cámara corta a un primer plano de una asombrada ama de casa que mueve la cabeza, mientras otra ama de casa le susurra algo.
Los zapatos que llevo son mocasines de cocodrilo de A. Testoni.»
«American Psycho» – Bret Easton Ellis (1991)

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«Fare thee well, miss carousel» – Townes Van Zandt (Townes Van Zandt,1969)

Como los erizos.

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«Las inmensas preguntas» – Nacho Vegas (El género bobo, 2009)

 Rodney Smith

NADA QUE VER CON UN CUMPLEAÑOS


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.

Está bien, los acepto como animal de compañía.

Patti Smith y Robert Mapplethorpe, Nueva York 1969

¿Qué traerá el viento esta noche?
¿La lluvia, la nieve o una carta?
¿Una carta de quién? ¿Una carta buena o mala?
Todo, hasta el mismo silencio
tiene algo que callar.
Pero todo, hasta lo inexpresable
acabarán por decirlo los celos.
«Antes de nochevieja» – Vladimir Holan

Versión de Clara Janés

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«High Summer»- Van Morrison (Back on Top, 1999)

A veces sé que existen.

Casa/museo de Kontstantín Tsiolkovski, Kaluga

Regresas a tus viejos lugares preferidos de los barrios anteriores y qué te encuentras: que permanecen y han desaparecido. El restaurante barato, el colmado, la tintorería frente a los que pasabas la primera vez que llegaste mientras tratabas de hacer tuyas esas calles nuevas, ya no están. Pero mira por las ventanas de la agencia de viajes que ha reemplazado tu pizzería. Detrás de las mesas, los ordenadores y los carteles que promocionan aventuras tropicales, todavía ves las porciones de napolitana enfriándose, el cortador de pizzas junto a medio pastel, el mapa de Sicilia en la pared. Todo sigue allí, te lo aseguro.
(…)
Tragas con fuerza al descubrir que la vieja cafetería ahora es una franquicia farmacéutica, que en el lugar donde besaste por primera vez a Fulanita de Tal ahora venden electrodomésticos de saldo, que donde compraste la chaqueta que llevas puesta ahora hay un montón de escombros tras una verja de contrachapado azul y un futuro edificio de oficinas.
(…)
Nunca podemos despedirnos como es debido. Era tu último viaje en un taxi a cuadros y no lo sabías. Era la última vez que ibas a comer gambas Lago Tung Ting en aquel restaurante chino de aspecto sospechoso y no tenías ni idea. De haberlo sabido, quizá habrías pasado tras el mostrador a estrecharle la mano a todo el mundo, habrías sacado la cámara y les habrías indicado cómo posar. Pero no tenías ni idea. Hay momentos decisivos que no se nos anuncian, un número concreto de ocasiones en las que abriremos la puerta principal de un piso. Llegado cierto punto estabas más cerca de la última que de la primera vez, y ni siquiera lo sabías. No sabías que cada vez que cruzabas el umbral te estabas despidiendo.
«El coloso de Nueva York» – Colson Whitehead (2005)

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«Have You Ever Seen The Rain» – Creedence Clearwater Revival, 1971

Sus patas me suenan.

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B.S.O de la pelicula «That Very Same Munchausen (Тот самый Мюнгхаузен) – Alexei Ribnikov

Andrei Mironov

Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.

Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles dos días más del sur,
úrgeles a su madurez y mete
en el vino espeso el postrer dulzor.

No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo lo estará siempre,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el rodar de las hojas.
«Día de otoño» – Rainer María Rilke

Má[a]s.

 William Stanley Merwin

Luis Antonio de Villena hizo magia,
aquí, en San Sebastian,
una tarde
del invierno pasado.
Vino, leyó unos cuantos poemas,
habló un poco de su gato,
y las mujeres fueron cayendo rendidas,
como hojas de otoño a sus pies.
Yo fui testigo del acto.
Me lanzó un guiño travieso al acabar.
No tienen secretos para mí
-me dijo-, todas
se parecen a mi madre,
todas me quieren salvar.
«Luis Antonio de Villena» – Karmelo C. Iribarren (Ola de frío, 2007)

Ya lo sabes, pautas.

«Good morning» – Fxcreatography

Morir -eso, aun gato, no se le hace.
Porque, ¿qué puede hacer un gato
en un piso vacío?
Subrise por las paredes.
Restregarse contra los muebles.
Nada aquí ha cambiado,
pero nada es como antes.
Nada ha cambiado de sitio,
pero nada está en su sitio.
Y la luz sigue apagada al anochecer.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no los esperados.
Una mano deja pescado en el plato
y no es, tampoco, la de antes.

Algo no empieza
a la hora de siempre.
Algo no sucede
según lo establecido.
Alguien estaba aquí, estaba siempre,
y derepente desapareció
y se empeña en no estar.

Se ha buscado ya en los armarios,
se han recorrido los estantes.
Se ha comprobado bajo la alfombra.
Incluso se ha roto la veda
de esparcir papeles.
¿Qué más se puede hacer?
Dormir y esperar.

¡Ay, cuando él regrese,
ay, cuando aparezca!
Se enterará de que ésas no son maneras
de tratar a un gato.
Como quien no quiere otra cosa,
habrá que acercársele,
despacito,
sobre unas patitas muy muy ofendidas.
Y, de entrada, nada de brincos ni maullidos.
«Un gato en un piso vacío» –  Wyslawa Szymborska (Fin y principio, 1993)
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Nº12 para piano en F minor (Venetianisches Gondolliet) – Félix Mendelssohn

Aproximación al deshielo.

Pigeon, man, brick and tree – André Kertész, 1977

¿Cómo?
Fijamos la coma en el mismo bolsillo
en el que guardo el olfato, la memoria
y los ojos que echo de menos
cuando el espejo no responde.
También debo recuperar su espalda,
el perro a los pies, casi triste
y la sensación de que me falta algo
para completar la imagen.
Es un acertijo hecho de mis
barbas y talones pasados,
un toque repetido en el estómago,
line descontinua que cruza mi frente.
Las fobias todavía están por definir,
aunque ya sé que como los pulpos
tienen tres corazones intercambiables
dependiendo de si cae viernes o trece.

¿Dónde?
Eso puede que te lo deje a ti,
al fin y al cabo siempre nos llaman
las plazas de los bosques y las orillas
de las ciudades sin oxigeno libre
que por la noche me invento en el mapa
desplegado en el borde de mi colchón.

(Antes de parpadear ten en cuenta
que desde ayer funciono con lo que olvido
y procuro cabmbiar de género por costumbre
como simple cuestión de perspectiva.)

¿Cuándo?
Podemos darle la vuelta al reloj
y marcar treinta vueltas desde ahora,
restar seis semanas de los principios
por sequedad ignorante de la pupila
y dar el color de la sangre por relativo
mezclando H, N y O sin medida.

Hecho el esquema, absorbo
al hombre-ancla de la mesa de al lado.
¿Sabes? Aún queda tiempo,
varios días hasta el deshielo
no abandones,
                     formula mejor la pregunta.

«Aproximación al deshielo» – Anastasia K.

No te gires, absorbe.

 «Untitled» – Estate of André Kertész (Stephen Bulger Gallery)

There were never strawberries
like the ones we had
that sultry afternoon
sitting on the step
of the open french window
facing each other
your knees held in mine
the blue plates in our laps
the strawberries glistening
in the hot sunlight
we dipped them in sugar
looking at each other
not hurrying the feast
for one to come
the empty plates
laid on the stone together
with the two forks crossed
and I bent towards you
sweet in that air
in my arms
abandoned like a child
from your eager mouth
the taste of strawberries
in my memory
lean back again
let me love you
let the sun beat
on our forgetfulness
one hour of all
the heat intense
and summer lightning
on the Kilpatrick hills
let the storm wash the plates.
 «Strawberries» – Edwin Morgan

La comodidad de convenir.

W.H. Auden – Richard Avedon. St. Mark’s Place, New York, 3 de Marzo, 1960

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«Expectations» – Belle&Sebastian (Tigermilk,1996)

En la naturaleza
todo está de pie:
los árboles,
los pájaros que están
sobre los árboles,
las hojas que se estiran
para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros
son el suelo.
Las hojas creen
que toda rama está acostada
y ciega,
los pájaros
que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree
que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato
en que se apoya
tenga una vida propia,
que no esté muerto,
extinto,
que sea ligero.
Para sentirse vivo
hay que pisar una desolación,
algo que ya no tiene nada
que decir.
«Para sentirse vivo» – Fabio Morábito (De lunes todo el año,1992)