Y la niña identificó.

Sigmund Freud

¡Como si ese muro pudiera procurarme alguna paz! ¡Como si uno pudiera reconciliarse con lo imposible por la sola razón de que se funda sobre el «dos y dos son cuatro»! ¡Es el mayor absurdo que puede concebirse!
¡Cuánto más penoso es comprenderlo todo, tener conciencia de todas las imposibilidades, de todos los muros de piedra, y no humillarnos ante ninguna de esas imposibilidades, ante ninguna de esas murallas si ello nos repugna! ¡Cuánto más penoso es llegar, siguiendo las deducciones lógicas más ineludibles, a la posición más desesperante respecto a ese tema eterno de nuestra parte de responsabilidad en la muralla de piedra (aunque está claro hasta la evidencia que no tenemos nada que ver con eso), y, en consecuencia, sumergirnos, en silencio pero rechinando los dientes con voluptuosidad, en la inercia, sin dejar de pensar que ni siquiera podemos rebelarnos contra nadie, porque, en suma, no tenemos enfrente a nadie! ¡Y nunca lo tendremos, porque todo es una farsa, un engaño, un galimatías! No sabemos «qué» ni «quién», pero a pesar de todos esos engaños y de toda nuestra ignorancia, sufrimos, y tanto más cuanto menos comprendemos.»

«Memorias del subsuelo» – Fiódor Dostoievski,1864

Как будто такая каменная стена и вправду есть успокоение и вправду заключает в себе хоть какое-нибудь слово на мир, единственно только потому, что она дважды два четыре. О нелепость нелепостей! То ли дело все понимать, все сознавать, все невозможности и каменные стены; не примиряться ни с одной из этих невозможностей и каменных стен, если вам мерзит примиряться; дойти путем самых неизбежных логических комбинаций до самых отвратительных заключений на вечную тему о том, что даже и в каменной-то стене как будто чем-то сам виноват, хотя опять-таки до ясности очевидно, что вовсе не виноват, и вследствие этого, молча и бессильно скрежеща зубами, сладострастно замереть в инерции, мечтая о том, что даже и злиться, выходит, тебе не на кого; что предмета не находится, а может быть, и никогда не найдется, что тут подмен, подтасовка, шулерство, что тут просто бурда, – неизвестно что и неизвестно кто, но, несмотря на все эти неизвестности и подтасовки, у вас все-таки болит, и чем больше вам неизвестно, тем больше болит!

«Записки из подполья» – Фёдор Достоевский, 1864

Ataxia.

W.H. Auden y Christopher Isherwood, 1930s

                                 «until a sudden shower
Fell willing into grass and closed the day,
Making choice seem a necessary error.»
W.H. Auden
«-what I dared not hope or fight for
is, in my fifties, mine, a toft-and-croft
where I needn’t, ever, be at home to

those I am not at home with, not a cradle,
a magic Eden without clocks,
and not a windowless grave, but a place
I may go both in and out of.»
W.H. Auden

Soñaba con espirales.

Oleg Yankovski («Obiknovennoye chudo»,1978)

MUDANZA


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.


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«Ojalá» – Silvio Rodriguez

Desliz básico.

Vladimir Nabokov (1907)

«No se encuentran nunca propiedades gloriosas en la naturaleza humana, sin que inmediatamente ciertas variedades extrañas de las mismas debieran degenerar, por infinitas matizaciones, en la imperfección más extrema. La propiedad de lo terriblemente sublime cuando llega a ser por completo antinatural se hace extravagante. En cuanto se consideran sublimes las cosas antinaturales, tanto si se les conceda poco como mucho, no son más que esperpentos. A quien le gusta lo extravagante y cree en ello, es un visionario y la afición a los esperpentos hace a uno un chiflado. Por otra parte, el sentimiento de lo bello degenera, cuando le falta completamente lo noble, y se dice que es ridículo. Si un varón tiene esa cualidad y es joven, se dice un fauto. Si es de mediana edad, entonces un fanfarrón. Puesto que lo sublime es lo más necesario para la edad mayor, un viejo fanfarrón es la criatura más despreciable de la naturaleza, lo mismo que un joven chiflado es lo más chocante y lo más insoportable. Las bromas y el buen humor van bien con el sentimiento de lo bello. Puede asimismo darse en ello bastante inteligencia y, según esto, poder estar más o menos próximo a lo sublime. Aquel en quien no se deja ver esa interrelación en su buen humor, desvaría. El que desvaría continuamente es necio. Se advierte con facilidad que hasta los cuerdos desvarian a veces, y que no se necesita poco ingenio para apartar algún tiempo el entendimiento de su sitio, sin que al hacerlo no se descuide nada. Aquel que no divierte ni conmueve con sus palabras o sus acciones es aburrido , el aburrido asimismo, en tanto se ocupa de hacer lo uno y lo otro, es insulso. El insulso, si es engreído, es un loco.«
Observaciones de lo bello y de lo sublime – Immanuel Kant (1790 -1793)

Como si no…

Barajar caras y sus historias, hacer como que escuchas y saber disimular, quedarte con mucho y restarle importancia. Decir algo, arrepentirte, decirlo de nuevo y entenderlo.

J.D. Salinger

Recuerdo con horror nuestro pacto:
amor era también dejar en paz.
El que ama no puede definir,
meter al otro en su expectativa
o en la imagen de algo que ha ocurrido
y exigir que ocurra de nuevo.
El dedo que crea los labios del otro
no puede escribirlos
en su idea preconcebida. Evidente.

Pero ahora tienes que darme los rasgos
con los que estás familiarizado. Sólo lo que tú sabes de mí
puede retenerme aquí.
No me dejes en paz para que me transforme
en algo que ninguno de los dos ha previsto.
Sujétame con palabras que me conocen.

Kjell Espmark (Voces sin tumba, 2005 Traducción Francisco J. Uriz)

El día que se me olvidó relacionar.

Rafael Alberti

Ninguno comprendíamos el secreto nocturno de las pizarras
ni por qué la esfera armilar se exaltaba tan sola cuando la mirábamos.
Sólo sabíamos que una circunferencia puede no ser redonda
y que un eclipse de luna equivoca a las flores
y adelanta el reloj de los pájaros.
Ninguno comprendíamos nada :
ni por qué nuestros dedos eran de tinta china
y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros.
Sólo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada
y que las estrellas errantes son niños que ignoran las aritmética.
«Los ángeles colegiales» – Rafael Alberti (Sobre los ángeles, 1929)

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«La Valse D’Amelie» – Yann Tiersen

Retornos varios.

  

Claude Monet

Old men have bad dreams,
So they sleep little.
They walk on bare feet
Without turning on the lights,
Or they stand leaning
On gloomy furniture
Listening to their hearts beat.

The one window across the room
Is black like a blackboard.
Every old man is alone
In this classroom, squinting
At that fine chalk line
That divides being-here
From being-here-no-more.

No matter. It was a glass of water
They were going to get,
But not just yet.
They listen for mice in the walls,
A car passing on the street,
Their dead fathers shuffling past them
On their way to the kitchen.
«Grayheaded Schoolchildren» – Charles Simic (The Voice at 3:00 A.M.:Selected Late and New Poems, 2003)

Los que son ancianos tienen malos sueños,
por eso duermen tan poco.
Caminan con los pies descalzos
sin encender las luces
o se quedan en silencio, apoyados
en cualquiér mueble oscuro,
escuchando el latido de su corazón.

La ventana al otro lado del cuarto
es negra como una pizarra.
Todo hombre anciano está solo
en este aula, mirando de reojo
la fina linea de tiza
que divide el estar-aquí
y el ya-no-estar-aquí.

No importa. Era un vaso de agua
lo que han salido a buscar,
pero todavía no.
Escuchan al ratón en su carrera
dentro de las paredes,
al coche que pasa por la calle,
a sus padres muertos
arrastrando los pies tras ellos
de camino a la cocina.
«Escolares de pelo gris» – Charles Simic Traducción Anastasia K.

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«Who by fire» – Leonard Cohen

No cabemos en una lata.

Wilhelm Reich

Mi corbata, mis guantes,
mis guantes, mi corbata.
La mariposa ignora la muerte de los sastres,
la derrota del mar por los escaparates.
Mi edad, señores, 900.000 años.
¡Oh!
Era yo un niño cuando los peces no andaban,
cuando las ocas no decían misa
ni el caracol embestía al gato.
Juguemos al ratón y al gato, señorita.
Lo más triste, caballero, un reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
A las tres en punto morirá un transeúnte.
Tú, luna, no te asustes,
tú luna, de los taxis retrasados,
luna de hollín de los bomberos.
La ciudad está ardiendo por el cielo,
un traje igual al mío se hastía por el campo.
Mi edad, de pronto, 25 años.
Es que nieva, que nieva
y mi cuerpo se vuelve choza de madera.
Yo te invito al descanso, viento.
Muy tarde es ya para cenar estrellas.
Pero podemos bailar, árbol perdido.
Un vals para los lobos,
para el sueño de la gallina sin las uñas del zorro.
Se me ha extraviado el bastón.
Es muy triste pensarlo solo por el mundo.
¡Mi bastón!
Mi sombrero y mis puños,
mis guantes, mis zapatos.
El hueso que más me duele, amor mío, es el reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
Las tres en punto.
En la farmacia se evapora un cadáver desnudo.
«Cita triste de Charlot» – Rafael Alberti (Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos,1929)

Distracción como flotador.

Allen Ginsberg y Peter Orlovsky

LUNES


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.

 
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«Another Sunny Day» – Belle & Sebastian (The Life Pursuit, 2006)