Síntomas.

«Беловы» – Виктор Косаковский,1993
«Belovy» – Victor Kossakovsky,1993

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«Hurt» – Johnny Cash

…» Es verdad que con los ojos cerrados todo tomaba un aspecto más aterrador, pero con el tiempo también aprendió a guiarse por su olfato y por el oído. Podía incluso calcular la distancia que la separaba de la figura y la velocidad a la que ésta se acercaba a su cama. Algunas veces procuraba concentrarse en el olor, intentar diseccionar su peste y distiguir lo que se escondía detrás de ésta pesada película que en el primer momento parecía invadir incluso sus pupilas encogidas. Más adelante se sentía orgullosa de poder captar el olor del verano (normalmente hierba seca y polvo) o el del invierno (nieve derretida y sal) y casi siempre conseguía distraerse persiguiendo otros matices el tiempo suficiente para que la figura se desdoblara para seguir su recorrido.»…
«Juego – Anastasia K.

Solapamientos y demás rarezas.

 Bill Brandt (1955)

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«Teardrop» – Massive Attack (Mezzanine,1998)

 ID


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.

Soñaba con espirales.

Oleg Yankovski («Obiknovennoye chudo»,1978)

MUDANZA


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.


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«Ojalá» – Silvio Rodriguez

Lazo a distancia

Un poco de zumo en el fondo de un brick algo anciano. Tazas como pirámides por toda la habitación. El libro más querido resignado a ser posavasos. Olor a naranja y café. Varias fotos en la pared aunque odie las fotos. ¿Qué falta? Para eso está la noche.

Nan Goldin

despertaba sin darse cuenta en el hilo de escarcha
que delimita el sueño de la madrugada

abría los ojos a la luz de septiembre apoyaba
finalmente la cara en los empañados cristales sentía
la lluvia menuda diluir los pasos de ayer por las calles
se vestía lentamente con el vicio de la memoria
y salía por la ciudad para enfrentarse a una nueva
                                                                   [noche

se pintaba la cara y las manos como las putas
en Bousbir o en Alejandría vagaba
por el calor de las calles compraba nueces queso
                                                                    [fresco

pan algo de miel
hablaba con los vendedores de alfombras
proyectaba viajes
sabiendo que ni siquiera le abriría la puerta
a quien nos viniese a visitar

al paso regular de los trenes
el cuerpo se estremecía en el suelo de madera
dejaba que la cabeza pendiera fuera de la máscara
y poco a poco
releía lo que había escrito en el ácido de la noche
se observaba
oía el hablar misterioso y tenso de los nervios
por donde ascendía el deseo de asesinarme
ese terror silencioso
de quien sabe envejecer solo
sin que del cuerpo haya entrevisto nunca felicidad
                                                                      [alguna
«5» – Al Berto ( Una existencia de papel, 1993)

Desde la diferencia.

A veces ayuda fingir valentía y convencerse de que lo único que ha cambiado son las tazas de café. Llega un momento en el que tu propia historia te aburre de tanto manosearla y te guardas para tí el dudoso poder de dejar a alguien perplejo. Sospecho que el mar tiene algo que ver, no por poder tocarlo sino por saber que simplemente está. Y así con todo.

Andréi Tarkovski

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«Tired» – Adele (19)

Abril



Franco Fontana



Oir a una señora decirle a un vagabundo: «Deberías echar la lotería o algo».

Que una niña de 5 años a la que le das clase te diga que está «estupendamente» y que seguramente sea cierto.

Ver en un día al menos tres muchachas de pelo verde.

Pensar que es verano de tantas veces que te han dicho que es primavera.

Ver como los chinos del todo a cien venden flores como churros.

Que los días terminen muy tarde y las noches ya no consigan empezar del todo.

Ver al señor de siempre, con su bici de siempre y su casco de moto de siempre.

Quedarse tranquila al saber que lo que dicen las niñas de doce años, reunidas en el portal de enfrente, traumatiza igual en enero que en abril.

Ver como decae el azahar pero seguir robando alguna rama cuando nadie mira.

Estar segura de que el invierno ha terminado pero no saber muy bien para quién.

Reóforo

Sonia Squicciarini

                                                                          Para Kees Verheul

Holanda es un país plano
que pasa al fin y al cabo al mar,
ese que después de todo es Holanda.
Los peces no pescados
charlan entre ellos en holandés,
convencidos de que su libertad
es una mezcla entre litografía y encaje.
En Holanda no se puede
subir montañas,morir de sed
aún más difícil dejar huella
yéndote de casa en bicicleta
y a nado más todavía.
Los recuerdos son Holanda.
Y no se pueden retener
con ninguna presa.
En este sentido llevo viviendo
en Holanda mucho más tiempo
que las olas locales
que ruedan al horizonte
sin código postal.
Igual que estas líneas.
Joseph Brodsky de «Carta al oasis» Traducción Anastasia K.

Tal vez el fondo ayude.

Marina Tsvetáeva

Tuvo que exiliarse en Praga (1922) y luego en Francia (1925) después de la revolución rusa con su marido, un oficial en activo.
Vivió 14 años en Francia. Tenía dos hijas, Irina y Ariadna, y un hijo, Gueorgui. Volvió a la Unión Soviética para reunirse con su marido Sergéi Efrón, quien había regresado a Rusia, y con su hija, en 1939. Pero en el mismo año su marido Sergéi Efrón y su hija Ariadna fueron arrestados, y Sergéi Efrón fue fusilado en 1941. Ariadna fue rehabilitada en 1955.
Padeció la desaprobación oficial, no pudo encontrar vivienda ni trabajo. Era tan pobre que su hija Irina tuvo que ir al orfanato, donde dadas las malas condiciones murió de hambre. Cuando comenzó la Gran Guerra Patria, fue evacuada a Yelábuga, Tartaristán, donde se suicidó en 1941 cuando comenzó la invasión nazi a la Unión Soviética.

Con paciencia: como roen la piedra.
Con paciencia : como esperan a la muerte.
Con paciencia : como maduran las noticias.
Con paciencia : como crían la venganza.

Te estaré esperando (con los dedos anudados
como la Soberana espera a su mancebo)
Con paciencia: como las rimas esperan.
Con paciencia : como roen las manos.

Te estaré esperando (la mirada al suelo,
dientes a los labios, pasmo, piedra)
Con paciencia: como prolongan el placer.
Con paciencia : como enhebran las cuentas.

Crujido de trineo, crujido-respuesta
de puertas: fragor de vientos esteparios.
Ha llegado la resolución final:
cambio de reino y abandona la Corte.

Y a casa:
no terrestre
pero mía aún.

27 de Marzo de 1923
«Cables» – Marina Tsvetáeva  Traducción de Anastasia K.

Nieve atrás.

Iósif Stalin

«La memoria, creo yo, es justamente la sustituta de la cola que perdimos durante nuestro feliz proceso de evolución. Dirige todos nuestros movimientos incluida la migración. Aparte de eso, el proceso de recordar nunca es lineal. Además, cuanto más recuerdas, más cerca estás de la muerte.
Si esto es así, siempre está bien que tu memoria tropiece. Más frecuentemente sin embargo se riza y se alisa, serpentea, igual que una cola y así debe ser también ser tu relato, aún a riesgo de parecer incoherente y aburrido. Al fin y al cabo, el aburrimiento es la forma más difundida de la existencia y sólo queda sorprenderse de lo poco que aparece en la literatura del siglo XIX con toda su tendencia al realismo.
Incluso si el escritor, armado con todo su talento, está dispuesto a pasar al papel los matices más insignificantes de su conciencia, sus intentos de reproducir esa cola en todo el esplendor de su espiral están condenados ya que la evolución no ha ocurrido en vano. La perspectiva de los años alisa las cosas hasta el punto de su total desaparición. Nada podrá devolverlas, ni siquiera las palabras manuscritas con sus letras serpenteantes. Y ese intento está aún más condenado al fracaso cuando tu cola termina en algún lugar de Rusia.»
«Menos que uno» – Joseph Brodsky Traducción Anastasia K.

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«Construcción» – Chico Buarque

Distracción como flotador.

Allen Ginsberg y Peter Orlovsky

LUNES


Este poema se ha trasladado a un cajón o a alguno de los países del Este por mudar de pelo y de costumbres (más por parte de la autora). Si os causa algún interés, sobre todo si es tierno, no tenéis más que pedírmelo por correo, paloma mensajera o con señales de humo.

 
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«Another Sunny Day» – Belle & Sebastian (The Life Pursuit, 2006)