Saltos e inocentes.

«Como en un espejo (Såsom i en spegel)» – Ingmar Bergman, 1961
El pintor de las enredaderas de luz
escribió sus últimos signos
con triste desesperación.
Y dejó sus restos a los amigos
pidiéndoles sólo paredes
para sostenerlos.
SILVIO RODRIGUEZ
La noche es para aquellos
que se quedan tumbados
buscando la parte correcta
de su cerebro;
para la carne recién consciente
de ser carne de pasillo;
para los del estúpido equilibrio
entre las sábanas y su ironía;
para el insomnio bien criado
y habilmente defendido;

casi siempre también para mí
que sólo tengo
dos folios y una gota de frío
justo detrás de la nuca
para sostenerme.
«Cáfila» – Anastasia K. 

Como ya dije en su momento lo importante no es saber por qué empiezas a obsesionarte con este mundillo de páginas sino saber por qué dejas de hacerlo. Ya me repito así que esto va a ser un signo ortográfico (todavía no sé si coma, punto o interrogación ) dedicado a ese extranjero que en su momento no me leía y ahora casi seguro que a ratos tampoco lo hace. Toca cueva.

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«Shake it out» – Florence + The Machine

7 respuestas a «Saltos e inocentes.»

  1. Yo tenía para sostenerme los folios, la gota… y seis cuerdas. Bueno, desde mayo tengo cuatro cuerdas, que algo sostienen sí, pero les doy poco tiempo. Al año que viene iré a por esas seis cuerdas otra vez, si el tiempo -y la economía- lo permiten…

    Cáfila… nunca te levantarás sin saber un conjunto de gentes, animales o cosas que van unas tras otras.

    ¿La parte correcta del cerebro? Si la encuentras, avisa 😉

  2. mil gracias a los tres, siempre se agradece ver palabras vuestras por aquí. este animalillo va a reiniciar. espero poder volver pronto con la parte correcta del cerebro y también algo de mí.
    un beso triple.

  3. Gracias chicos. Lo que da de sí la noche, como me dedique a estas cosas en vez de dormir poca cosa quedará de mí y para mí 🙂
    G. apunte musical – total.
    Un beso a los dos

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