Let’s do some living

Últimamente la ciudad se ha hecho más pequeña, parece más cansada y se concentra en los mismos lugares y, sobre todo, en las mismas aceras lo que no deja de ser peligroso para mí y mis pies (la parte de mi cuerpo con la que pienso últimamente). Peligroso también el hecho de que esos mismos pies no lleguen a digerir todas los encuentros (nuevos y solapados). A. me contó que recuerda como, cuando era pequeña, la gata de sus abuelos se quedaba preñada sin que ellos se preocuparan mucho por evitarlo y de cómo su abuelo ahogaba a los gatitos en un cubo para luego llevárselos al campo y arrojarlos allí. A. me decía que nunca llegó a ver el proceso. Sólo el cubo lleno de agua. L. por su parte me contó (con una mezcla de ternura e incredulidad) que su novio acababa de regalarle a un sin techo la placha que tenían en casa. Han tenido que comprar otra.
Supongo que mis pies piensan en ti, en la piedad y también en sus consecuencias.

«Fresas salvajes» – Ingmar Bergman, 1957

Y mientras tome piedad por alivio,
mientras haya bufandas
con las que hacer un trato
antes de sobrevivirnos,
cuidaremos cada palabra
como si tuviera frío
y cada promesa
como la mentira más fiel.

Anastasia K.

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«Breathe me» – Sia

2 respuestas a «Let’s do some living»

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